Nadie sabe que hay adentro, nadie sabe cuantos cuartos secretos habrán, cuantos pasajes y puertas secretas habrán. Pero alla arriba está el ojo que te ve, el ojo que todo lo mira. Nunca podrás escapar de él. Escóndete en tu taller, escóndete en la tensionada, el siempre estará viéndote, observándote, acosándote.
Desde enternados hasta vigilantes, pasando por decanos a dedo y listas oscuras; desde ascensores privados hasta el penthouse secreto. Al no poder escapar, solo te queda hacerle frente. Hazle frente al ojo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario